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FORTUNATO LUIS CICHERO - QUINTA “LA REGINA”

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Compilación, investigación y entrevistas

Prof. Chalo Agnelli - 10/6/2011

Quinta La Regina. En el extremo superior izquierdo se ve la fuente circular. Una nube de polvo que levanta algún carro. Los senderos de viñedos. Al frente, dirigiéndose hacia los portones de rejas abiertos un carro tirado por dos bueyes con un carretero de pie.


Después de la industria ganadera, saladeril, agropecuaria y frutícola, la producción de vinos y licores tuvo un gran auge en el partido de Quilmes, desde 1856. Hubo importantes viñedos y bodegas que proveían de sus productos a la ciudad de Buenos Aires, otras ciudades  del interior y a Montevideo.
EL EMPRESARIO 
Don Fortunato Luis Cichero, nació aproximadamente en 1845 en Génova. Era un joven de entre 13 y 15 años cuando llegó a la Argentina en un barco de la empresa naviera de su padre Domingo. Poseía una  preparación y experiencia empresarial, tanto teórica como práctica de gran solvencia. Como la gran mayoría de los inmigrantes, rápidamente se insertó en la nueva sociedad asimilándose al híbrido cultural argentino sin desprenderse de sus esencias. Hizo honor a su nombre. Dueño de sí mismo, de voluntad inquebrantable, rápidamente su nombre se vio ligado al comercio y la importación.
Era un hombre de extraordinario dinamismo, expeditivo, de reacciones rápidas, lo que le permitió reunir un capital suficiente para sumarse a la firma importadora Williams, Cichero & Guerrico. En 1880 cuando Carlos M. Schweitzer idea la creación del Banco Constructor de La Plata, lo convoca y lo asocia junto a Guillermo Cranwell, considerados por su posición social y comercial los más convenientes para el éxito de dicha institución de la que Cichero fue director. También fue cofundador del Banco de Comercio Cooperativo y del Nuevo Banco Italiano.
Cuenta el periódico dominical “El Mosquito[1], contemporáneo suyo, que la vida de este empresario era de continua labor; empleaba sus esfuerzos en diversos, variados y redituables emprendimientos tanto como fundador, asociado o accionista.
En 1890, a saber: fue vicepresidente de la Compañía Anónima Colonizadora Cooperativa, propietario del Almacén Naval Cichero, Massone & Raffo; del aserradero “Monte Lindo” de 23.400 ha en el Chaco, de las estancias la "Santa Regina” de 4000 ha en Río Negro y "La Grampa" de 600 ha en Puán, luego subdividida para su venta, en 25 ó 30 chacras de 50 ha cada una. Fue accionista de: Minas de Uspallata, la Sociedad Cooperativa de Gas, Canteras Argentinas, Lavaderos Públicos, la Italo Argentina, Luz Eléctrica de la Capital, Banco Agrícola de Río Negro, etc.
En enero de 1890 poseía en acciones 198.000 pesos fuertes. Esto como pequeña muestra de la dimensión de su fortuna, que lo puso en la posición de uno de los hombres de mayor poder adquisitivo del extenso distrito de Quilmes y alrededores.
Advertido de la riqueza del suelo bonaerense adquirió 27 hectáreas en Quilmes entre las calles Guido, Primera Junta, Pringles y Mozart, instalando allí un establecimiento “agronómico-pomológico”, fundamentalmente viñatero que llamó La Regina”. Realizó plantaciones de especies nativos y extranjeros, aclimatándolos en grandes invernaderos. Aprovechó la di­ver­si­dad ge­né­ti­ca median­te la se­lec­ción de plan­tas pa­ra ade­cuar­las a las con­dicio­nes am­bien­ta­les. Dispusoun sistema de riego por medio de acequias y cañerías, alimentadas por un elevado molino y tanque. El extenso viñedo descendía la barranca hacia el Río de la Plata. La producción se utilizaba para elaborar generosos vinos y un fino champaña registrado con la marca “Regina”.
Cuenta el historiador quilmeño don Manuel Ales en su libro Remembranzas Quilmeñas[2]que para dar excelencia a la producción consultó al prestigioso técnico botánico francés Thomas Dufresne experto en la elaboración según el método champenoise de la región de la Champaña francesa. La producción se vendía en hoteles, confiterías y restaurantes de la Capital Federal, principales ciudades del interior y se exportaba a Montevideo. 
La vid para la producción de vino tuvo su auge en Quilmes entre1870 hasta 1920, especialmente en las exportaciones. Se pueden remarcar estos aciertos en las producciones realizadas: en la Bodega Rosso, en Ezpeleta, de don José Rosso; en la Bodega Spineto [3] lindera al establecimiento de Rosso, propiedad de David Spineto; en menor escala estaban los viñedos de la familia Chinelli ubicados donde hoy se halla el Parque de la Ciudad; en la propiedad conocida como “Chateau Parry” de La Ribera, adquirida en 1885 por Guillermo Parry, que comprendía las calles Cevallos, Alem, Cervantes y Hernández, donde se cultivaban frutales y se producía el “vino de la costa”; y en el “Excelsior”, la importante extensión de don Roberto Clark [4] ubicada donde hoy hay un hipermercado y centro comercial sobre la Avda. Calchaquí.
Fortunato Cichero no descuidó en ningún momento la actividad social. En él no estaba reñida la faz material con la espiritual. Fue miembro delconsejo directivo del nuevo Hospital Italiano, cuya piedra fundamental se colocó y bendijo el 15 de diciembre de 1889. Fue secretario y tesorero del Club Italiano de Buenos Aires. Ocupó el cargo de vicepresidente 2º de la municipalidad durante la intendencia de Eduardo Casares en 1887. [5]
Como entusiasta habitué del Teatro Colón de Buenos Aires y miembro de una de las empresas concesionarias que lo administraron hasta 1931 en que fue municipalizado, en ocasión que ese templo de la música y el bel canto se vio perjudicado con un pasivo que ponían en riesgo la prosecución de la temporada, saldó algunas deudas con su 
 propio peculio.

UBICACIÓN DE LA REGINA (PLANO ARCHIVO MUNICIPAL)

LA REGINA 
Quilmes por esos años ya había salido de su dilatada siesta gracias a la acción de hombres y mujeres con vocación de progreso; era el pueblo con las más sustentables proyecciones de futuro al sur de la Capital Federal y Fortunato Cichero lo eligió como residencia suya y de su familia. Se casó con una prima, nacida en la Banda Oriental, doña Regina Cichero de espléndida belleza con quien tuvo siete hijos. Cuando se casaron ella tenía 18 años y el 41.
REGINA CICHERO DE CICHERO
En su quinta quilmeña, hizo construir una importante residencia de veinte habitaciones en dos plantas con dependencias auxiliares para el personal de servicio, los peones y la familia de los capataces. Poseía calefacción central mediante una caldera de vapor a carbón que conducía el calor a todas las habitaciones mediante radiadores. Gran parte del mobiliario había sido traído de Italia, la cristalería de Bohemia y la porcelana de Sevres, hecha especialmente para él con su monograma “F C”.[6]



LA REGINA, ACTUAL HOGAR SANFORD

Contaba su nieto, el Ing. Jorge Cichero, que don Fortunato poseía una biblioteca multilingüística que abarcaba una extensa fuente del conocimiento; todos los volúmenes estaban encuadernados en cuero con sus iniciales en bajorelieve.

En los sótanos de la propiedad había una bodega de importante tamaño, adecuada ventilación, humedad donde se almacenaban y se deja añejar en toneles y barricas el producto de las vides. 
EL PARQUE
Don Manuel Ales así describe el parque y los jardines que rodeaban la casona: “… al frente había un hermoso jardín sombreado por pinos y palmeras y decorado con una fuente, separado de la quinta por una pared con pilares y rejas. El edificio está orientado en sentido norte sur en forma tal que toda la casa recibe sol en alguna hora del día. Posee varias terrazas y tuvo un interesante mirador que, al igual que la pared y rejas divisorias del jardín, han sido demolidas por sus dueños posteriores. Igual suerte ha corrido el gran portón de entrada que se hallaba en Guido, frente a Allison Bell y en cuya parte superior están las iniciales del nombre y apellido de su dueño. En los invernáculos se obtenían flores exóticas, entra las que se destacaban las maravillosas orquídeas […] El establecimiento alcanzó tal importancia que era visitado a diario por personajes y hasta por los profesores y alumnos de la Facultad de Agronomía de La Plata.” 
El exclusivo cultivo de orquídeas, el primero en el país por su nivel de calidad y variedad; la fina elaboración de bebidas y la proverbial hospitalidad de doña Regina y de don Fortunato le dio a "La Regina" particular renombre. Allí se solían organizar rumbosas fiestas donde los invitados gustaban de sus productos.
 CONTERTULIOS

Entre los más asiduos invitados el poeta Carlos Guido y Spano cuya hermana estaba casada con don Mariano Castellanos, intendente en Quilmes desde 1910 hasta 1917; el Dr. Eduardo Wilde con su esposa Guillermina de Oliveira César, el barón Demarchi y su esposa María Segunda Roca; Estanislao Zeballos; Dardo Rocha con su esposa; Benito Villanueva; el ex presidente José Evaristo Uriburu que tenía una propiedad “La Elisa” vecina a la de Cichero; Antonio Barrera y su esposa Águeda Nicholson; Félix Bernal; los hermanos José Luis, Ernesto y Fernando Otamendi; Pedro Etchevertz; Felipe Amoedo; Nicolás Videla, ex intendente de Quilmes en 1894; José Berazategui; el Dr. Ildefonso Salas; el Ing. Guido Jacobassi, el Dr. Arturo Tarnassi, el músico Alberto Williams, en cuya escuela de musica se educaron algunos de los hijos de don Fortunato; Carlos y Sebastián Casares que tenían una hermosa propiedad en la calle Rivadavia; el boticario José Agustín Matienzo y su esposa Ana Dupuy Morel; Carlos Oliveras; Victoriano Huisi, ex intendente de Quilmes en el año 1901 y muchas otras personalidades literarias, políticas, artísticas y sociales de la época. 
Un landó, una jardinera y dos breack esperaban a los visitantes en la estación de Quilmes para conducirlas a la quinta. Algunos pernoctaban en las confortables habitaciones, Una vez en la casona, los huéspedes subían a sus cuartos a asearse. Luego se servían una merienda en los jardines detrás de la casa, bajo una pérgola cubierta de glicinas. Todo el menú diario y para los eventos especiales era preparado por don Tancredo, un cocinero italiano que actuaba como un verdadero dictador en su feudo de hornallas y marmitas, ayudado por dos pinches.  Por la noche se comía en el dilatado comedor, servidos por numerosos criados, La velada proseguía a cargo de los hijos del anfitrión: un concierto al piano de una de las muchachas; demostraciones de esgrima que practicaba alguno de los varones y entremeses cómicos que preparaban con rigor actoral 

Un voluminoso libro registraba la presencia de estas figuras con sus firmas y dedicatorias a la empresa de don Fortunato Cichero. [7]
En esta propiedad se instaló luego, hasta la actualidad, el Club Unión Familiar"Hogar Sanford".

RAQUEL CICHERO

DESCENDENCIA

Fortunato y Regina tuvieron siete hijos, criados entre la ternura materna y la rigurosidad pedagógica de una institutriz alemana que los hizo destacarse en sus elecciones de vida: la mayor, Regina fue concertista de piano egresada del prestigioso Inst. Williams; Fortunato Luis, docente; Sara, educadora y artista plástica; Ana María, profesora de francés; Cornelia Victoria, profesora de inglés; Raquel, también concertista de piano como su hermana mayor, el menor fue Aquiles, también estudiante del Inst. Williams como sus hermanas, perteneció al elenco de aficionados que dirigía Dora Barrera Nicholson de Ricagno; estaba casado con Delia Costa.

SARA CICHERO DE LOPEZ CEQUEIRA

Sara Cichero, nacida en Quilmes en 1900, fue docente de la primera escuela de Bellas Artes que tuvo el Partido, fundada y dirigida por Pablo Molinari y José Martorell. En 1927 se presentó en el Salón Nacional de Bellas Artes con el óleo “La Toña”, reproducido en la revista El Plata de Quilmes. Integró el jurado del 1º Salón Anual organizado por la

Comisión Municipal de Cultura, en 1940. Participó con sus hermanos Fortunato y Cornelia en la fundación del Colegio
Nacional de Quilmes. Fue una trabajadora anónima, pero constante en todas las actividades artísticas y culturales que se hicieran en Quilmes. Estaba casada con Adrián López Cequeira. Sara falleció en su ciudad natal en 1979.
Fortunato Luis, nació en 1891, cursó la enseñanza primaria en la escuela Nº 1 de Quilmes y la secundaria en el Colegio Nacional Carlos Pellegrini. En 1925 egresó como profesor de geografía del Instituto Superior del Profesorado Secundario de Belgrano. Fue docente en el Colegio Nacional Bartolomé Mitre y director del departamento de geografía en el Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. González”. Escribió varios libros de texto en dicha materia como “Cosmografía”; otros conjuntamente al Prof. Eugenio Corbet France como “Geografía general de Asia y África”; [8]“Geografía de Europa y Oceanía”; [9] Acompañó al maestro José Sosa del Valle en la creación del Colegio Nacional de Quilmes. Participó de la primera asamblea fundacional del 11 de febrero de 1922, junto con sus hermanas Cornelia y Sarah, acompañando a los docentes: Olivio Acosta, Lilia Nieves Bruno de Raris, Angélica Morales Gorleri y su esposo José Ferrero, Ana María Borzi de Faragó, Catalina Borzi, María Manuela Job Ramírez de Francis, Antonio y Evaristo Iglesias, Rafael Barrios, Guido Girotto, Antonio y Eduardo Colombo. Fue docente de la Institución por varios años.
ADELINA AMADEO COSTA DE CICHERO

El profesor Fortunato L. Cichero falleció en 1964. Estaba casado con Adelina Amadeo Costa. Tuvieron varios hijos, entre ellos, el ingeniero Jorge Cichero, intendente de facto de Quilmes entre 1970 y 1973; casado con Celia Martha Kelsei,[10]tienen 8 hijos, 26 nietos y 5 bisnietos, descendientes de aquel empresario que como tantos emigrantes eligió esta tierra para transcurrir su vida y fundar una familia y progenie que enriqueció el híbrido cultural de los argentinos. 
"La Regina" fue adquirida por el Ing. italiano José Pedriali (1867-1932) para la empresa tranviaria Anglo Argentina para crear un hogar de los hijos de sus empleados, actualmente conocido como "Club Hogar Familiar Sanford", el terreno fue parcelado y las construcciones apenas conservan la suntuosa impronta original. En el año 2008 fue declarado patrimonio histórico de Quilmes por el decreto Nº 10.855
 Investigación Prof. Chalo Agnelli

chaloagnelli@yahoo.com.ar

Aportes históricos de don Alcibíades Rodríguez,el periodista Víctor Giordano 

y del profesor e historiador Manuel Ales. 

Colaboración del Ing. Jorge Cichero, su esposa Celia Marta Kelsei 

y de la Prof. Mora Camarero Deprati de Barati

El Sol 16/12/79, Pág. 5 – Periódico El Plata, noviembre de 1927Archivo "Lila Giordano de Campelo" del Museo Bibliográfico-Documental "Bibliotecario Carlos Córdoba"
NOTAS

[1] Ver “Cuaderno de Identidad 1” del autor de esta nota. Pag. 37

[2]Migraciones” Ed. Jarmat 2008 y ver biografía de Roberto Clark y los Chinelli en el blog www.elquilmero.blogspot.com

[3] Raris, Julio J. “Instalación de la Municipalidad – Autoridades que se sucedieron desde el año 1856 hasta 1962. Quilmes, Nov. 1962

[4] Ver “Cuaderno de Identidad 1” del autor de esta nota. Pag. 37

[5]Migraciones” Ed. Jarmat 2008 y ver biografía de Roberto Clark y los Chinelli en el blogwww.elquilmero.blogspot.co

[6] Raris, Julio J. “Instalación de la Municipalidad – Autoridades que se sucedieron desde el año 1856 hasta 1962. Quilmes, Nov. 1962.
[7]  El Ing. Cichero, nieto de don Fortunato guardaba algunas piezas de esta cristalería.

[8] Ed. Librería del Colegio 1946.

[9] Ed. Crespillo. 1967.


[10] Los Kelsei son una familia que por razones de la causalidad y vecindad quilmeña están vinculados a la antigua producción vitivinícola de la zona ya que un hermano de la señora Celia, Juan Carlos Kelsei está casado con Martha Rosso, nieta de don José Rosso.




EN SELBORNE, TRAS LAS HUELLAS DE HUDSON

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por María Constanza Huergo - 1963
Éramos unos quince. Silenciosos, casi inmóviles. Los expertos, pro­vistos de prismáticos; los novatos, como quien esto escribe, teniendo só­lo ávida curiosidad y buen deseo de aprender.
 Estábamos en el jardín de “The Wakes”, la casa en el pueblecito de Selborne [1] donde pasó la mayor parte de su vida el reverendo Gilbert White,[2]“el padre de los naturalistas británicos”, cuya obra tuvo una influencia tan decisiva en Guillermo Enrique Hudson. [3] 
Íbamos a observar cómo se grababa el canto de un robín, una variedad del petirrojo característica del sur de In­glaterra, que Gerald Durrell [4] compara por su forma y tamaño, aunque no por su canto ni su nido, a nuestro hornero.
En verdad, no hacía falta ni tanto silencio ni tanta quietud. Arthur Jollands,[5] nuestro mentor, se movía con naturalidad y hablaba sin bajar la voz.
— “En otros tiempos” - nos explica – “era difícil captar el canto de algunos pájaros. Había que llevar la cera y de­rretirla sobre el terreno para grabar el disco allí mismo. Era indispensable salir antes del amanecer, pues a la hora en que empieza a clarear pero aún no hay bastante luz para distinguir los insectos con que se alimentan, es cuan­do más y mejor cantan. Los métodos modernos han simplificado la tarea.”
Sobre un trípode fijó un reflector de algo más de medio metro de diámetro, que en la parte cóncava llevaba colocado un pequeño micrófono, unido por un cable a un grabador portátil.
 EL PETIRROJO DEFIENDE SUS DOMINIOS 
Eran las 11 de la mañana, y los pájaros estaban demasiado ocupados en alimentar a sus polluelos para ponerse a cantar. Pero al acercarnos, oímos un repetido gritito de alarma. Nuestro guía enfocó el reflector hacia él y puso en marcha la cinta magnética. Luego, nos advirtió:
- “Ahora voy a hacer funcionar el apa­rato para hacer reproducir el sonido captado y verán ustedes: el petirrojo creerá que un rival ha invadido su te­rritorio y se irá acercando. Se esforza­rá por cantar mejor para ahuyentar al intruso. Hasta se olvidará de comer, mientras no se sienta seguro de que no será desplazado.”
Así fue. El breve y monótono gorjeo de la primera alarma del petirrojo se trasformó en un aria cada vez más complicada, imposible de imitar ni aún por la soprano mejor dotada. Se enta­bló como un duelo - una payada, diría­mos - entre el pajarito cantor y su propia voz captada en el grabador. 
UNA INTERRUPCIÓN 
Escuchábamos asombrados y diverti­dos, cuando de pronto, un leve ruido en un cantero cercano nos hizo des­cubrir un erizo. Mr. Jollands lo levantó con la mano y nos hizo ver la carucha del asustado animalito, ante los “¡Ohes" y “¡Ahes!” del grupo.
- “Es rarísimo que salgan a esta ho­ra” - comentó Mr. Jollands, volviendo a colocar el erizo en el suelo, donde éste quedó hecho una bola espinosa. Se inflaba y desinflaba con la respira­ción anhelante, reflejo de su temor, y único signo de que no se trataba de un raro cacto castaño. 
CANTO DE PÁJAROS 
Nos encaminamos a la sala comunal del pueblecito, para escuchar el canto recién grabado y otros, tomados en días anteriores; de un mirlo, un pavo azul, una urraca, un grajo y finalmente un ruiseñor.
Cada uno tiene una melodía y un ritmo diferentes, fáciles de distinguir, pero sólo descriptibles, tal vez, median­te un pentagrama.
- “El viento es el peor enemigo de una buena grabación” - nos dice Mr. Jo­llands.
– “Una breve brisa suele resonar como un huracán. En aparatos sensibles, el paso del agua por las piedras de un arroyo puede parecer una formidable cascada.”
Mientras escuchábamos esa música tan fresca y, para mí, tan extraña, no pude dejar de pensar que Hudson se ha­bría sentido muy a gusto entre estos ornitólogos ocasionales, y tal vez algo sorprendido que entre ellos se encon­trara una argentina.

Selborne, situado en Hampshire, a unos 75 kilómetros al sudoeste de Lon­dres y a unos ocho de Alton, la estación ferroviaria más cercana, poco parece haber cambiado desde que Hudson lo visitara por primera vez, hace más de 60 años.

Ahí está el Plestor, como se llama la plazoleta, con el árbol secular rodeado por un banco, tal como lo describe Hudson en “Birds and Man” (Los pá­jaros y el hombre). Está igual la vieja iglesia grisácea y vive aún el tejo gi­gantesco, cerca de la entrada. Todavía puede subirse hasta la cima del Hanger la colina cubierta de hayas, por el ca­mino en zigzag abierto por Gilbert White y su hermano John en 1751.
Se conservan muchas casas con sus característicos techos de paja glaseada, y la única incongruencia moderna es alguna que otra antena de televisión, alzándose en el aire como una grotesca telaraña de acero. 
EL MUSEO 
Tal vez, el cambio mayor en Selbome, desde la visita de Hudson, es que “The Wakes” ha sido trasformada en museo.
En 1954 se inició una colecta popular para comprar la casa de White y conservarla como un monumento en ho­nor del naturalista. Aunque se recibie­ron muchas donaciones, la suma reuni­da resultó insuficiente; pero entonces R. W. Oates ofreció los recursos de una fundación que él mismo había do­tado, en memoria de su primo, el capi­tán L. E. G. Oates, [6] que acompañó a Scott en su malograda expedición al Polo Sur, en 1911. Oates sacrificó heroicamente su vida, tratando de salvar a sus compañeros perdidos. En un ventanal de “The Wakes” están inscriptas sus últimas pala­bras: “Voy a salir. Tal vez demore en regresar”. [7] 
Un trineo y diversos objetos pertene­cientes a Oates se exhiben en el piso superior de “The Wakes”. La planta baja está dedicada al recuerdo Gilbert White, y en la sala principal se ha instalado una biblioteca especializada en obras de historia natural afines, entre las que se encuentran por supuesto las de Guillermo Enrique Hudson.
La ventana de la salita donde White escribió las “Cartas”, que luego formaron “The Natural History and Antiquities of Selborne” (La historia y antigüedades de Selborne), da al jardín cuidado con el esemro de una afectuosa devoción. 
EL MISTERIO DEL RETRATO 
En esa salita se conservan varios muebles de White, ejemplares de casi todas las 200 ediciones de su obra y la re­producción de un pequeño retrato a plu­ma del naturalista.
- Éste es el único retrato auténtico de Gilbsrt White —afirma Mr. C. R. Nortcliffe, director del museo.
- “¡Cómo!” – exclamé -. “¿Y el óleo que aparece en tantos libros y revistas?”
- “Ése es un misterio que difícilmente se logrará aclarar, pero a mi juicio se trata de una obra falsa” - me dice Mr. Nortcliffe [8] y amablemente me facilita un trabajo suyo, recién publicado, en que analiza el caso.
En 1913, el anticuario John Glen ofre­ció a la Selborne Society el retrato de un clérigo, que según dijo había halla­do el año anterior mezclado con otras obras en Islington.[9] La tela y el marco databan del año 1770 y tenía la siguien­te inscripción: “El reverendo Gilbert White, naturalista y autor. 1720-1793”.
Pero los miembros de la Selborne So­ciety consideraran insuficientes las prue­bas ofrecidas sobre la autenticidad del cuadro. White no hace ninguna refe­rencia de tal retrato en sus cartas, y en cambio enumera minuciosamente los de sus numerosos parientes, varios de los cuales adornan hoy las paredes de “The Wakes”. Rashleigh H. White, autor de una biografía de su tío bisa­buelo Gilbert, tampoco lo menciona. Y en 1902, cuando la universidad de Ox­ford buscó afanosamente un retrato de su ex alumno para colocarlo en un si­tio de honor, no encontró rastro de ninguno.
Sin embargo, Glen estaba tan con­vencido de la autenticidad de su hallazgo que hizo imprimir numerosas copias. Esas copias alcanzaron conside­rable difusión, pero el óleo original se ha perdido, de manera que no parece posible ahora llegar a dilucidar el mis­terio de su origen.
El dibujo a pluma, aceptado sin ob­jeciones, fue ejecutado en el frontispicio de un tomo de la “Ilíada” tra­ducida por Alexander Pope y obsequia­da por el poeta inglés a White, al graduarse éste en Oxford, en 1743.
El retrato lleva las iniciales T. C., que se cree corresponden a Thomas Chapman, amigo y compañero de estu­dios de White. Se conserva actualmen­te en el Museo Británico.
Es un mal dibujo, pero debemos con­formarnos con él y con la descripción que nos ha dejado de White su so­brino Ralph: “Su estatura era sólo de cinco pies y dos pulgadas; era delgado y de porte muy erguido. Su expresión era inteligente, bondadosa y vivaz; su constitución buena y vigorosa, sus mo­dales corteses y afables”.
Pero poco importa, en realidad, su aspecto físico. Más valor tiene la herencia espiritual que nos ha dejado. 
EL LEGADO DE WHITE
Me tocó ir a Selborne cuando se ce­lebraba en Inglaterra la “Semana de la Naturaleza”. En todo el país se habían organizado conferencias, exposiciones y diversos actos relativos a la fauna y la flora silvestre y la conservación de las riquezas naturales del suelo.
Selborne fue uno de los centros más activos en esa “Semana de la Natura­leza”. Continuas delegaciones escola­res llegaban para visitar la casa museo y recorrer los alrededores, siguiendo las sendas, cuidadosamente marcadas, que llevaban a los rincones preferidos de White.
Con magnífica amplitud se cumplía el consejo de White a sus lectores, de detenerse a contemplar las maravillas de la creación con demasiada fre­cuencia pasadas por alto, según sus palabras.
Una visita a Selborne, donde hasta las piedras y las plantas parecen irra­diar un halo de paz, hace comprender la exquisita finura y el sosiego interior de Gilbert White, ese hombre bondado­so “en quien no cabía ni pizca de ma­licia”, que en medio del tumultuoso siglo XVIII, tan lleno de tensiones como el nuestro, pudo escribir serenamente las “Cartas”, que al través del tiempo y la lejanía, alentaren a Hudson en la elección de su porvenir, y cuyo en­canto perdura aún. MARÍA CONSTANZA HUERGO
 Ver en “La Prensa” del 28 de octubre de 1962, el artículo titulado “Influencia de un libro en la vocación de Hudson”.
Compilación, tipeado y notas Prof. Chalo Agnelli
NOTAS

[1] Selborne es una localidad situada en el condado de Hampshire, en Inglaterra.
[2] Gilbert White (18 de julio de 1720 – Selborne, Inglaterra -26 de junio de 1793) Pionero en los campos del estudio de la naturaleza y la ornitología. 
[3]Ver en La Prensa del 28 deoctubre de 1962, el artículo titulado “Influencia de un libro en la vocación de Hudson”. 
[4] Gerald Malcolm Durrell (n. 7 de enero de 1925, en Jamshedpur, India - +30 de enero de 1995, Saint Helier, hersey, Inglaterra)Naturalista, conservacionista, escritor y presentador de televisión británico. Fundó el Zoo de Jersey en 1958 y la Jersey Wildlife Preservation Trust en 1964 ambas instituciones en la isla de Jersey. Era hermano del conocido novelista Lawrence Durrell. 
[5] Arthur Jollands (1 de mayo de 1926 – 26 de mayo de 2016) Naturalista y fotógrafo. 
[6] Lawrence Edward Grace Oates (n. 17 de marzo de 1880, Putney, Londres // + 17 de marzo de 1912, Antártida)  Militar y explorador antártico británico. 
[7]«I am just going outside and may be some time».
[8] Alfred Charles William Harmsworth, lord Northcliffe (n. 15 de julio de 1865, Chapelizod, Dublín, Irlanda  +  14 de agosto de 1922, St James’s, Londres, Inglaterra)Periodista y escritor irlandés, propietario y editor de periódicos conocido como el «Napoleón de la Prensa». Dio auge extraordinario al periodismo nuevo, lo industrializó, creó un vasto imperio periodístico y se labró una sólida fortuna. 
[9] Islington es un municipio de la ciudad de Londres, en el Reino Unido. Situado en el área conocida como Norte de Londres en el Londres interior.

“GRUPO DE ARTE JOVEN” – 1978

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"LABORIOSA ENTIDAD CULTURAL"
Continúa EL QUILMERO en la tarea de recuperar el quehacer cultural de personas y grupos, en este caso, de 42 años atrás, quienes militaron en el ámbito de la Cultura en este Quilmes nuestro y algunos siguen consecuentes en ese sendero (en esta caso autorreferencial y representativo) El siguiente reportaje lo tomamos del diario "El Sol" de Quilmes del miércoles 4 de enero de 1978.
Existe en Quilmes un núcleo de gente que desde 1974 integra el “Grupo de Arte Joven” (G.A.J.) Estuvimos charlando con el presidente del mismo, Chalo Agnelli, y nos ilustró acerca de la trayectoria y las finalidades de esta agrupación. Los planes para este año y un llamado a quienes deseen acercarse.
¿EN QUÉ FECHA EXACTAMENTE SE FORMÓ EL GRUPA?
—Fue el 1 de septiembre de 1974. La formaron Alicia Armella, Alicia Gatti, Mario Gutiérrez, Padula Perkins y Cristian Vera. La idea era estrechar y reafirmar vínculos entre los cultores de todo el mundo y apo­yar la obra de los nóveles exponentes.  
¿CUÁNTAS VECES POR MES SE REÚNEN?
—Las reuniones se realizan do­mingo por medio en las instalacio­nes de la Sociedad de Fomento Nuestra Señora de Lourdes sita en J. B. Justo 721, entre Córdoba, y Corrientes, en Quilines Oeste. Ne­cesitamos gente que tenga alguna condición artística y tenga ganas de trabajar.
¿CUÁNTAS PERSONAS COMPONEN EL GRUPO ACTUALMENTE?
—El grupo estable está com­puesto por unas 15 personas. Aun­que hay mucha gente que colabo­ra ya que estamos conectados con grupos del interior y con artistas de Uruguay y México. Además te­nemos un Taller Literario que es el primero que funciona en la zo­na. Allí se realizan reuniones en las que, en base a críticas y auto­críticas, se logra la depuración de estilos y formas.
¿QUÉ OTRAS ACTIVIDADES DESARRO­LLAN?
—Funcionamos como secreta­riado de la “Coordinadora de Ac­tividades Culturales del Partido de Quilmes” que tiene su sede en la Biblioteca Mariano Moreno de Bernal. La Coordinadora, como su nombre lo indica trata de contro­lar las actividades artísticas del partido, cuidando especialmente que no se superpongan las fechas de los distintos eventos que se re­alizan.
Además, cuando las finanzas lo permiten, publicamos trabajos de gente del grupo en pequeños folle­tos en 1976 editamos “Imágenes y palabras”, y en 1977 “María’.
¿CUÁLES FUERON LAS ACTUACIONES SOBRESALIENTES DEL GRUPO?
—En 1976 realizamos una expo­sición de poesía ilustrada, auspi­ciada por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Quilmes. Nos presentamos en la biblioteca Iberoamericana “Liberia Rovere” de Don Bosco, [1] en la Sociedad de Fomento “Barrio Arrieta’’ de Ezpeleta, en la Sociedad de Bomberos Voluntarios de San Francisco So­lano y en el Centro De Educación Permanente de Villa la Primavera. A raíz de estas presentaciones fui­mos invitados a inaugurar la tem­porada 1977 del Museo de Artes Vi­suales, con esa misma muestra.
Agnelli continúa enumerando lo realizado. “El 3 de junio de 1977 se efectuó el recital poético-musical que llamamos “Poemario”, en la Sociedad Española y se repitió luego en el Centro de Obreros Ca­tólicos de Bernal. Estas presenta­ciones fueron realizadas conjunta­mente con gente del Grupo Teatro Sur el Grupo José Pedroni y, en la parte musical, el Grupo Limay y Elizabeth Oribek. Se organizó el Tercer Concurso Anual de Poesía, cuyo primer premio fue ganado por Edgardo Guglielmetti, poeta de Buenos Aires.
¿CUÁLES SON LOS PLANES PARA ES­TE AÑO?
—En primer lugar Realizar el cuarto Concurso de Poesías, y lue­go, posiblemente en el mes de ma­yo realizaremos un espectáculo poético en la “Sociedad Italiana Cris­tóbal Colón”. Pensamos también, trabajar activamente con el Taller Literario. A todos aquellos que quieran participar, les avisamos que deben dirigirse por carta a la Casi­lla de Correo N° 113 de Quilmes.
Con estas palabras, deseando que el grupo se amplíe, nos despidió Chalo Agnelli, el presidente de es­ta entidad que tanto está hacien­do por la literatura y la pintura de nuestra ciudad.
FUENTE
Archivo de la Biblioteca Popular Pedro Goyena
Diario “El Sol” del miércoles 4 de enero de 1978
NOTA
[1]Hoy es la Biblioteca Popular Don Bosco



VICTOR ALBERTO A. GIORDANO, UN PERIODISTA ÍNTEGRO

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Prof. Chalo Agnelli
De “Cuaderno de Identidad I” Ed. Tiempo Sur
Quilmes, 2010

La vida de Víctor Alberto Augusto Giordano [1] estuvo marcada por la unidad de sus ideales y de sus convicciones que le permitieron desarrollar múltiples actividades, imponiendo en cada una de ellas el sello de su personalidad ("El Sol" 26/5/1981) Nació en Quilmes en 1915, en el barrio de La Colonia. Era el quinto año de la intendencia de Pablo Castro de los siete que permaneció en ese cargo. La humanidad soportaba las calamidades de la Primera Guerra Mundial.
En 1930, con apenas 15 años, comenzó a trabajar  como linotipista en el diario El Sol y llegó a ser su principal redactor y editorialista, tarea esta que cumplió sin interrupción desde 1977. Ya en su juventud se perfiló su calidad de orador obteniendo el segundo premio en el Torneo de Oratoria Juvenil y como autor, el primer premio con su poema “Canto a Quilmes(ver en el sub-blog Las Letras del Quilmero)
En 1948 se graduó en ciencias políticas y sociales. Fue decano de la facultad Regional de Avellaneda, sub-secretario de política universitaria en el rectorado de la Universidad Tecnológica Nacional. Formó parte del servicio exterior de la Nación con el cargo de agregado obrero en Italia, Israel, Bélgica y Luxemburgo. En 1950, asistió como asesor técnico a la Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra. El mismo año fue delegado ante el III° Congreso Internacional de Seguridad Social. 
 Víctor Giordano recibe el  diploma de Agregado Obrero ante Italia, Bélgica, Luxemburgo e Israel, durante un almuerzo presidido por el Gral. Perón y su esposa Eva Duarte en la residencia presidencia, el 5 de marzo de 1949
 Pero su gran vocación era el periodismo, fue reportero gráfico de “La Cancha”, “Boxeo Argentino”, colaborador deLa Nación”, “Mayoría”, “Revista Latina de Italia y Atlasde México y siempre de El Sol” de Quilmes, donde como redactor y editorialista dejó una huella imborrable en el diario al punto que una de sus instalaciones hoy lleva su nombre.
En su vida de periodista, docente y diplomático recibió numerosas reconocimientos de su comunidad, nacionales e internacionales como la distinción de Gran Oficial de la Estrella al Mérito de la Orden de San Jorge de Antioquía de Roma.
 También la poesía fue una presencia en su vida. Las primeras muestras de poesía ilustrada que se  realizaron en Quilmes se hicieron en el Club Alsina donde Giordano presentó poemas ilustrados por el plástico Ludovico Pérez.
Integró con parte de su obra la publicación. Diez poetas argentinos. Es autor del poema “Canto a Quilmes” que se publicó en el número extraordinario de El Sol de noviembre de 1945.
Tuvo una vida fecunda, prudente, activa pero despojada de espectacularidades residía en la esquina NO de C. Pellegrini y Sáenz Peña. Su actividad social y recreativa la hizo en torno al Club “Alsina”, que podría definirse como el club de su familia pues casi todos los Giordano fueron gestores de esta institución. Víctor fue su presidente en 1947 y miembro de varias comisiones y subcomisiones. [2]
Entre el período 1975 y 1976 fue Director de Prensa, Ceremonial y RRPP de la Municipalidad de Quilmes. Se casó con Sara Haber y tuvieron un hijo, Oscar Aníbal.
En 1980 fue galardonado coel premio "Indio Quilmes" como reconocimiento a su labor periodística.
Cuando aún alentaba muchos proyectos, Víctor Giordano falleció el 23 de mayo de 1981 en Quilmes. Año en el que se publicó el editorial número mil. Mil testimonios de sus convicciones. Sabía que el fundamento de su misión estaba en la prédica constante con la palabra y con el ejemplo.
PERSONALIDADES EN SU VELATORIO
Numerosas personalidades concurrieron al velatorio. El profundo respeto y cariño que Víctor Giordano supo despertar en todos quienes tuvieron el privile­gio de conocerlo quedó evidenciado en el velatorio de sus restos, donde fue incesante el desfile de allegados, amigos, colaboradores y colegas para expresar sus condolencias a su viuda, la señora Sara de Giordano, y a su hijo. Se presentaron en el velatorio el obispo diocesano, monseñor Jorge Novak, y el monseñor Silvio Cartasegna, ambos para rezar un responso. Concurrió también el intendente municipal Julio Cassanello y el ex jefe comunal José Rivela, el ex ministro de Trabajo de la Nación, Cecilio Conditi, el secretario de Cultura de Quilmes, Jorge Cassanello, la directora y el subdirector de “El Sol”, Lona de Blanco y Jorge Blanco, escritores, periodistas, políticos y representantes de distintas actividades que pusieron de manifiesto su hondo dolor por la pérdida irreparable de nuestro querido compañero (El Sol)
EDITORIAL DEL DIARIO EL SOL
POR SOBRE TODO UN HOMBRE ÍNTEGRO
El sábado último dejó de existir Víctor Alberto Giordano. Los que componemos el diario EL SOL, al que estuvo ligado y al que dedicó las horas más ricas de su esplendor como hombre y como profe­sional, nos sentimos abrumados por el dolor que provoca su desaparición física. En verdad, era el alma de nuestra casa.
Vivió apasionadamente cada uno de sus días. Fue un luchador cabal que aceptó los riesgos de ser fiel a sus convicciones. Pudo sembrar la esperanza a cada paso porque se empapó de fe en Dios y descu­brió los caminos del amor que se traslucían en sus gestos, sus palabras, sus ejemplos.
Recorrió su vida con un sentido de misión y la transformó en una enseñanza. Su vocación fue la existencia misma, a la que abrazó en plenitud y la adornó con la humildad de los grandes y los verda­deramente sabios.
Fue poeta, diplomático, docente, periodista y político. Ninguna preocupación le era ajena. Sin embargo no dispersó esfuerzos, sino que los congre­gó a todos en torno de sus ideales permanentes en los que volcó su integridad y la violencia bíblica de los justos.
Siempre estaba dispuesto al diálogo. Alegre, atento al problema de los demás. Emprendedor y audaz en los proyectos. Poseía un carisma especial para intuir las personas y las situaciones. Estaba dotado de una notable capacidad de trabajo. Tenía a su cargo también la redacción de las notas especia­les.
Durante los últimos tres años escribió la página editorial en la que además de su talento se reflejaba su sensibilidad por los problemas de la zona de Quilmes, su patria chica, a la que amó entrañable­mente. Esta le rindió un emocionado homenaje el año anterior al galardonarlo con el premio "Indio Quilmes" por su labor periodística.
Por su temperamento, siempre le preocupó el presente y el futuro de la Nación, a la que concebía como una unidad de destino. Bregó incansablemente por las concepciones que defendían los valores nacionales. Asumió responsabilidades políticas con la mística de un militante. Se desempeñó como agregado obrero en varios países de Europa e Israel.
Nunca claudicó de sus ideas políticas, ni aun en los momentos más difíciles. Siempre, desde muy joven, se identificó con el Movimiento Nacional Justicialista. Nunca se atrincheró en el sectarismo y se ganó el respeto de hombres de las más diversas condiciones ideológicas. Jamás eludía una definición y en ésta, como en otras actividades, arriesgaba su posición, claramente.
Fue también poeta y docente como si quisiera decir de muchas formas la misma verdad. Como si quisiera alcanzar en la diversidad la suprema unidad en que vivían sus proyectos y su conciencia. Para completar el círculo de sus testimonios ejemplares, constituyó una familia en la que sustentó su volun­tad y-a la que le entregó lo mejor de sí. Silenciosa­mente acompañado por su esposa recorrió el mundo y supo de dolores y alegrías. Siempre fue ella el primer testigo de sus vivencias. Por sobretodo, fue un hombre íntegro.
Esta era su casa. Y seguirá morando en ella para iluminar el pensamiento de quienes le sucedan.
UN HOMBRE TAMBIÉN ES UNA FAMILIA
Oscar A. Giordano, su hijo médico, junto a su esposa María Eugenia López, también médica, poseían una clínica en Ezpeleta, pero la vocación de servicio lo llevó a África, precisamente a Ruanda, donde permanecieron hasta que estalló la genocida guerra civil que vivió ese pueblo.
Desde 1995, pertenecen al Sistema Médico de Misiones Adventistas. Esta organización internacional trabaja en favor del desarrollo educativo, social y sanitario de las poblaciones más desfavorecidas. La atención médica abarca cirugías, odontología, vacunación a niños y adultos, obstetricia e incluso alcanza a las prisiones. Luego de Ruanda los Giordano pasaron a desempeñare el trabajo humanista en el Océano Índico, en la isla de Madagascar. Periódicamente se trasladan a las islas Reunión, Mayotte, Mauricio, Seychells y Comores donde la pobreza es crítica. Allá viven con sus tres hijas María Belén, María Noel y María de los Ángeles.
El apellido Giordano se distinguió en Quilmes desde la primera década del siglo XX,  por la vocación de servicio, la militancia en la cultura, en la educación y en todos los aspectos que hacen al desarrollo de una comunidad, que manifestaron varios de los miembros de esta familia. Los Giordano eran siete hermanos: Dino, Ana María, Lila Adorinda, Victor Alberto Augusto, Armando Raúl, Josefina y Gilda.
Lila Adorinda Giordano de Campelo, hermana de don Víctor Alberto, fallecida en enero de 2005, fue una mujer  imbuida de un espíritu altruista, de profunda espiritualidad, docente, directora de la Escuela Primaria N° 1 y rigurosa historiadora. Fue su esposo y fiel compañero don José Campelo. En 1997, recibió la distinción de Ciudadana Ilustre del partido de Quilmes. [3]
Gilda Giordano de Silva Rey fue reconocida maestra de la E.G.B. N° 12. Muchos de los que fueron sus alumnos la recuerdan con especial afecto. En al década del 60 perteneció a la subcomisión femenina del Club Alsina, su esposo Jorge Silva Rey, fue un activo trabajador de la institución, miembro de diversas comisiones. En 1964 creó el equipo de transmisión, cabina y discoteca. Equipo imprescindible para el club, considerando la trascendencia, por calidad y por público, que tenían sus fiestas y actividades culturales entre 1930 y 1970. Jorge Silva Rey era escritor y redactaba con rigurosa minuciosidad las distintas memorias que año a año describían las actividades  que realizaba el club en las distintas comisiones directivas. 
Su hija Alicia Magdalena Silva Rey docente, bibliotecaria de la EGB N° 38; poeta, comenzó el camino de las letras en el club barrial, obteniendo en 1962, el primer premio en el concurso de poesía ilustrada organizado por el Alsina, con dibujo del artista Ludovico Pérez.
Definió su creación poética junto a su esposo, el poeta, escritor y hombre de la cultura, Claudio Pérez, [4] cofundador del Centro Cultural Artenpié.
Armando Raúl Giordano también se casó con una reconocida docente, Esther Bidart, profesora de francés en el Instituto Inmaculada Concepción, el Colegio Comercial y el Colegio Nacional de Quilmes.
Placa que da nombre a la redacción de el diario "El Sol" de Quilmes donde Giordano se desempeó varios años.
BIBLIOGRAFÍA:
Buceta Basigalup, Juan Carlos. "El periodismo quilmeño..."Nota en El Sol,Número Extraordinario, noviembre de 1945.
Firpo, Felipe Jorge. "Recuerdos del viejo Berna!'El Monje Editor, noviembre 1992. Lanús. Periódico "Crónica", colección de la Biblioteca Manuel Estrada de Bernal.

Prof. Chalo Agnelli (1982 - 2020)
Colaborador, Guillermo Giordano (2010)
NOTAS

[1]Ver más en http://victoralbertogiordano.blogspot.com
[2] Ver en el capítulo “El Comercio”, el título “Y después vinieron”.
[3] Ver su biografía en “Maestros y Escuelas de Quilmes” del mismo autor.
[4] Ver “Retratos en la ciudad” de Ricardo Debeljuh y el autor de estas páginas.


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